sábado, 13 de abril de 2013

101 LA CALAMIDAD.

          Este primer trabajo sobre profecías, se publicó en el nº 101 de la revista MISTERIOS y Fenómenos Insólitos, correspondiente al mes de agosto de 2009 y "causalmente" coincidiendo con el título del artículo. Mi amigo Fernando García, el director, además me dio la portada. El proyecto, no obstante, lo venía retrasando, pues lo tenía maduro al menos desde 2006 y, finalmente, se publicó con retraso en la primavera de 2011, de ahí el apéndice y los últimos retoques relacionados con la primavera árabe con los que lo "refresqué" para su publicación.




101
LA CALAMIDAD


Conocer el futuro, el destino, el devenir, es posiblemente uno de los mayores anhelos del hombre desde que éste se planteó la existencia del tiempo. Por definición la profecía es la predicción de un hecho futuro hecha por una persona; no obstante, el concepto se suele asociar a alguien “divino”, por inspiración de algún ente superior (Dios por ejemplo), y que comunica algún acontecimiento de gran índole o repercusión (ya sea mundial, de un determinado pueblo, etc…), normalmente catastrófico o desastroso. Y de todas las catástrofes, la que más ha obsesionado al ser humano es, lógicamente, el fin del mundo.

Otra característica, inherente a la condición humana, es acordarse de Santa Bárbara sólo cuando truena: Todos vivimos ignorantes y sin interés no sólo por lo que va a ocurrir, sino por lo que pasa a nuestro alrededor incluso, hasta que ocurre algo que pensamos que pone en peligro nuestra integridad. De esta manera, cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre  de  2001, los libros sobre las profecías de Nostradamus se agotaban en   las librerías. Sin embargo, los acontecimientos que sucedieron aquellos días fueron lo bastante alarmantes para alertar a todos, también a expertos: los sociólogos, por ejemplo, se acordaban de la entonces reciente teoría de Samuel Huntimgton sobre el choque de civilizaciones vaticinando uno  entre Occidente e Islam. En la llamada “prensa del Misterio” también se hicieron grandemente eco del evento, y son de reseñar los varios trabajos que Enrique de Vicente y Luís G. La Cruz hicieron para la revista “Año Cero” en sus números de octubre y noviembre. Hoy, casi diez años después, el mundo no se ha acabado, y aunque aquí, en los países desarrollados, estamos muy tranquilos (a pesar de la reciente crisis económica) en un estado de paz aparente, en el mundo desde entonces se han producido sangrientas guerras como las de Iraq y Afganistán, se han repetido siniestros atentados como los del 11 M aquí en España y ha supuesto, además, un serio recorte de las libertades y calidad de vida de todos, quienes vivimos, además, en un  permanente estado de inseguridad.




Recientemente, tras el sorprendente cambio en el gobierno de los Estados Unidos de América que llevó al poder al primer presidente de raza afroamericana: Barak H. Obama, las profecías tomaron un renovado auge: El mundo que hemos heredado post 11 S, además del estado de recesión económica, nos llevan a buscar relación entre las profecías digamos clásicas y el posible protagonismo de un “emperador” (Estados Unidos es, queramos o no, quien gobierna el mundo, o por lo menos su mayor potencia) tan inédito hasta ahora, tanto por sus características étnicas como por su nombre musulmán. Con todo esto, circularon por la prensa y la red especulaciones que lo relacionan con un supuesto “papa negro” de no sé que profecía, tal vez inventada para la ocasión, o incluso con el “anticristo” que está por venir. En mi opinión, es posible que los acontecimientos futuros de un mundo difícil le lleven a tomar decisiones de repercusión Histórica en uno u otro sentido, hasta puede que a posteriori (por desgracia la manera más común) comprobemos que se ha cumplido con ello alguna profecía, pero realmente no creo que tenga relación con tan siniestros personajes.

Actualmente, tras los recientes acontecimientos sociopolíticos desatados en el mundo musulmán, en general y en el Magreb, en particular, tal vez deberíamos replantearnos otra vez el asunto del dichoso choque de civilizaciones y, dado que los profetas islámicos (y no sólo los islámicos) parecen querer decir mucho sobre ello, tal vez deberíamos recordarlas. El objeto del presente trabajo es analizar (y con su permiso interpretar) algunas de esas profecías islámicas y observar el grado de coincidencia con otras muy conocidas, como el Apocalipsis bíblico o incluso alguna cuarteta de Nostradamus, ya que, a mi parecer, hay algunos acontecimientos en ellas que no deberíamos olvidar, de ellos podría depender el cómo continúe el mundo que conocemos; creo que el tiempo apremia, pues estoy seguro, también, de que alguna de ellas ya se ha cumplido.  

PROFECÍAS ISLÁMICAS




            Cuando hablemos del fin del mundo según el Islam, lo primero que habremos de tener en cuenta es que no existe entre sus libros sagrados compendio alguno de profecías como pueda ocurrir con el Apocalipsis o Libro de la Revelación de la Biblia, por ejemplo. Las profecías islámicas son un conjunto disperso de Suras, éstos son capítulos del Corán (que a su vez se dividen en Aleyas) y Hadiths o refranes que componen la Sunna del Profeta, libro que recoge los dichos y hechos de Mahoma y que supone el otro pilar de la fe de la mayoría de los musulmanes (concretamente de los sunnitas como su nombre indica).




            De todos ellos, el más relacionado con el tema que nos ocupa, es probablemente, el Aleya 187 del Sura 7, el llamado Aleya de La Hora: ”Te preguntarán por la Hora: << ¿Cuándo llegará?>> Di: <<Sólo mi Señor tiene conocimiento de ella. Nadie sino Él la manifestará a su tiempo. Abruma en los cielos y en la tierra. No vendrá a vosotros sino de repente>>…”  En él, expertos de todos los tiempos han querido ver la indeterminación de la hora exacta del comienzo del fin, o, lo que es lo mismo, La Calamidad; ésta, descrita en el Sura 101, explicaría como sería la llegada de dicha Hora: “¡La Calamidad! ¿Qué es la Calamidad? Y ¿Cómo sabrás que es la Calamidad? El día que los hombres parezcan mariposas dispersas y las montañas copos de lana cardada,…Y ¿cómo sabrás  que es? ¡Un fuego ardiente!”. Sin embargo, cuando ocurrieron los terribles acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, expertos y menos expertos quisimos ver que había llegado la Calamidad: Las Torres Gemelas, semejantes a montañas se derrumbaban como “copos de lana cardada” y los hombres como “mariposas dispersas” se arrojaban por las ventanas de los pisos superiores, todo ello en un incendio estrepitoso, “como fuego ardiente”. Todos pudimos pensar también que había sonado la Hora, pues las Torres caían como una “bruma en los cielos y en la tierra”. Realmente la descripción se ajusta a lo que pasó y todos nos preguntamos si estaba escrito que es lo que ocurriría a continuación. Posiblemente sí.


                                                          ¿Qué es la Calamidad?... ¡Un fuego ardiente!

            Pero, el hecho de que las profecías apocalípticas, llamémoslas así, del Islam sean, como decíamos, un grupo disperso, no quiere decir que los acontecimientos no puedan ordenarse: Unas interpretaciones (hechas desde la fe musulmana) hablan de diez señales, otras sólo de seis: El gran fuego, el equivalente a la caída de las Torres Gemelas, sería la cuarta de ellas “…el día que el cielo traiga un humo visible… “como también reza en el Sura 44. Las tres primeras señales habrían de ser tres grandes terremotos, uno al Este, otro al Oeste y el tercero en la península Arábiga. Curiosamente, poco antes de la caída de las torres se habían producido terribles seísmos en Taiwán en 1999 (Este), en Turquía en 1999 (muy cerca de la península Arábiga) y El Salvador en 2001 (Oeste), que produjeron miles de víctimas y al menos centenares de miles, si no millones, de damnificados; y esto por sólo mencionar sólo los más devastadores, ya que en este periodo hubo otros muchos.

LOS AVATARES

            La mayoría de los musulmanes, sunníes y wahabíes concretamente, creen que desde la cuarta hasta la décima señal aparecen tres avatares: Al Mahdi, el “guiado de Alá”, quien enciende el gran fuego; Al Daggal ó Al Dajjal, el “impostor”, que sería algo así como el equivalente al Anticristo de nuestra Religión; después, por seguir el orden antes indicado, habrían de ocurrir las señales desde la sexta a la novena, y por último llegará el último avatar, y éste no es otro que Isa hijo de Mariam, lo que significa ¡Jesús hijo de María!, eso sí, convenientemente convertido al Islam.


                                                               ...Abruma en los Cielos y en la Tierra.

            Hay que reseñar, que los chiíes, escindidos al principio del Islam, partidarios de Alí, yerno de Mahoma, no identifican a Al Mahdi como un único personaje; antes al contrario, muchos han sido los “guiados de Alá” desde Alí, y siguen siéndolo, recientemente hemos visto un Ejército del Mahdi en un grupo chií  de Iraq. Igualmente se niegan a aceptar que sea Jesucristo quien traiga la paz y la justicia al final de los tiempos y se lo atribuyen al último Mahdi.

  












   

                                               ...mariposas  dispersas.



          Pero, ¿Jesús hijo de María? Efectivamente, ya en el Corán nos lo muestra como un profeta menor y muchas son las tradiciones que nos hablan de él en el Islam; el arabista Soha Abboud-Haggar, en su artículo “El Juicio Final en el Islam”, publicado en la revista “La Aventura de la Historia” en diciembre de 1999 recoge un fragmento de un tratado andalusí del siglo XIII donde dice que “…Jesús descenderá sobre el minarete blanco situado al Este de Damasco… Entonces buscará a Al Daggal hasta encontrarlo a las puertas de Ludd (Palestina) y lo matará…

                                                          ...copos  de  lana  cardada.


            Pero sigamos con nuestra suposición de que el día de los atentados del 11S fue el comienzo de ese gran fuego. Así mismo partiremos también de la opinión sunní y desde esta perspectiva veamos a dichos avatares uno a uno.

EL MAHDI

            Pero, quién es este mesiánico personaje del Islam, realmente no hay referencias a él en el Corán, hay que irse a la Sunna para encontrarse un hadith atribuido a Mahoma donde se dice que “…será un descendiente de los Ahl al-Bayt (la familia de Mahoma) que en un futuro vendrá inmediatamente antes del regreso de Isa, hijo de Mariam… “, efectivamente, el Mahdi es un concepto de cuño sunní. La razón de que los chiíes, quienes no son partidarios de la Sunna, acepten dicho concepto no es otra que para ellos el primer Mahdi, y es posible que también el último no sea sino Muhammad Ibn Hasan Ibn Alí, yerno de Mahoma e iniciador de la herejía chií.

            Volviendo al concepto sunní, en la actualidad muchos son los Shaykhs (jeques religiosos) que piensan que vivimos en la Era del Mahdi, incluso que lo han visto, y partiendo de nuestra tesis, probablemente no muy lejana de la de ellos, éste no sea otro que Osama Ibn Muhammad Ibn Ladin, o lo que es lo mismo Osama Bin Laden. Sus células, al fin y al cabo, fueron aquel 11S los que cumplieron el Sura 100: “¡Por los corceles jadeantes, que hacen saltar chispas, cargan al alba, levantando, así, una nube de polvo y rompen a través de una hueste!...


                                                             ...de su boca sale una espada afilada...


            Dijimos al principio que las profecías islámicas pueden tener concordancia con las bíblicas y, de hecho, en este caso la tienen, nada menos que en el Apocalipsis, en su capítulo 19 leemos: “…Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco; el que lo monta se llama Fiel y Veraz; y juzga y combate con justicia. Sus ojos como llama de fuego; sobre su cabeza muchas diademas; (…) viste un manto empapado de sangre (…) Los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco y puro, le seguirán sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos… “. Pero esto ¿no lo vimos televisado?: “Jinetes” montando aviones blancos (ejércitos del cielo, caballos blancos) vestidos de lino blanco y puro (la fórmula de los suicidas de Alá) que se arrojan sobre los edificios símbolos del capital, más tarde Bin Laden, con la mirada como transfigurada, salía por televisión reivindicando los atentados con un micrófono en la mano y junto a la boca, tal vez para un profeta del siglo I la “espada afilada con la que le ha sido dado el poder de herir a las naciones”. Además se hace visible su reloj como una alegoría del Sura 7: La Hora.


                        Benazir  Butto.


            Hay exegetas de la Biblia, no obstante, que identifican e éste personaje con el mismo Jesucristo, no es de extrañar, ya que poco antes de su descripción, en el mismo capítulo 19 se habla de “las bodas del Cordero”, e identificamos a Jesús como el Cordero de Dios (curiosamente, poco después de la caída de las Torres, Bin Laden se casaba con una hija de su lugarteniente Aiman al-Zawahiri); el error de interpretación consiste en que el cordero es el animal de sacrificio para los semitas (árabes y judíos), y desde este punto de vista Cordero de Dios es todo aquel que se sacrifique en Su nombre. Nos lo dice el mismo San Juan “…Entonces me postré para adorarle, pero el me dice: <<No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos, que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios tienes que adorar>>… “. Además, todo esto se relata tras narrarnos en el capítulo 18 la caída de Babilonia (acaso las “Torres de Babel”), diciendo cosas como “…cuando vean la humareda de sus llamas;  se quedarán a distancia  (…) echando polvo sobre sus cabezas… “ Todo esto parece más que evidente, no sé que pensarán ustedes.


                                                                                                                                                                                    Omar  Sheik

            Pero sigamos, hemos dicho que el Mahdi ha de ser sacrificado, y San Juan nos dice en que plazo: “un tiempo, dos tiempos y medio tiempo más”, si extrapolamos “tiempo” como año, ya que cuando se escribió se seguía el año solar de 365 días, Bin Laden debería estar muerto desde 2005 aproximadamente y no es así. O tal vez no conocemos toda la verdad. Así es, en 2007, la política paquistaní exiliada, Benazir Butto declaraba para la BBC en una entrevista que: ¡habían intentado asesinarla enviándole para ello el mismo sicario que mató a Osama Bin Laden! (aunque esta parte de la entrevista fue censurada, es visible en Internet), también nos dijo quién era este sicario: Omar Sheik, que resultó ser un agente del ISI (servicio secreto paquistaní) quien también, para liar aún más la madeja de la conspiración, fue el que depositó en la cuenta de Mohammed Atta (el “jefe” de los atentados del 11S) el dinero para financiar la operación. Posteriormente Benazir Butto fue también asesinada y, en nuestros días, a Pervez Musharraf, el entonces presidente de Paquistan, se le imputa tal delito. Así pues Bin Laden está muerto: Cordero de Dios. Ahora la moda en desinformación es querer hacernos creer que nunca existió y, tal vez pretendan que con el tiempo su nombre: Osama se confunda con el de Obama, diluyéndose en la Historia. Pero no olviden, los pueblos que olvidan su Historia están condenados a repetirla.


                                                                         Pervez  Musharraf.


EL DAJJAL

            Tampoco hay referencias directas de este obscuro avatar en el Corán, de nuevo hay que irse a los Hadiths de la Sunna para encontrarlas. Hemos dicho que su nombre significa “el impostor”, y es equivalente al Anticristo de Nostradamus y también de la tradición cristiana, al igual que al falso profeta del Apocalipsis de San Juan. Se dice de él que  vagará por la Tierra y la sembrará de desgracias, que es un falso profeta que asombrará al mundo con sus milagros e incluso que reinará sobre él, en un reinado de sólo cuarenta días, hasta que el propio Jesucristo lo mate de una lanzada en el pecho.


...tuerto de un ojo y con el otro cubierto por una membrana...


            Los Hadiths que hablan de él dicen que viene del Este, y nos lo describen como “…Un hombre joven, tuerto del ojo izquierdo y con el ojo derecho enfermo, de color rojizo y tapado con una gruesa membrana… “De entre sus rasgos más notables se dice además que: “…Lleva estampada en su frente la inscripción KFR (consonantes que en árabe son el principio activo de la palabra kafir, que significa “infiel”) “Pero, llegados a este punto y, siempre a posteriori por desgracia, deberíamos de darnos cuenta de que esto también lo hemos visto: En junio de 1999 en Kosovo, provincia albanesa, de confesión islámica por cierto, la OTAN y Rusia mandaron una fuerza de liberación para acabar con la guerra, la KFOR; los primeros en entrar, de noche, en el aeropuerto de su capital Prístina, fueron carros de combate rusos. Hay que observar que los comandantes de los carros suelen llevar bajo sus cascos artilugios de visión nocturna o telemétricos que ¡tapan un ojo, normalmente el izquierdo dejando el derecho cubierto con una lente, de color rojizo o verdoso, que tiene como objeto apuntar las armas del tanque!















...en su frente las letras KFR...


 
           Parece elemental, pero a qué o a quiénes se refiere el Profeta, a las fuerzas de la OTAN, a los rusos que tomaron el aeródromo de Prístina… Hagamos como anteriormente y veamos que nos dice San Juan en su Apocalipsis, para ello nos iremos al capítulo 13, a la conocida como profecía de la Bestia: “…Y vi surgir del mar una Bestia que tiene siete cabezas y diez cuernos, (…) Se le concedió hacerle la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poder sobre toda raza, pueblo lengua y nación. (…) y hace que todos reciban en su mano o en su frente una marca, y que nadie pueda comprar ni vender nada, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o el número de su nombre. ¡Aquí se requiere sabiduría! Aquel que sea inteligente calcule el número de la Bestia pues es número de hombre. Y es el 666”. Mucho se ha hablado de ella y, aunque nosotros no seremos una excepción, conviene decir primero que el propio San Juan, posiblemente consciente de su ambigüedad intenta aclarárnoslo en el capítulo 17 del mismo libro: “…Las siete cabezas son también siete reyes: cinco han caído, uno es y el otro no ha llegado aún. La Bestia hace el octavo…


                                  Quién sea inteligente calcule el número de la Bestia... Es 666


Ríos de tinta han corrido sobre el número de la Bestia, y aunque se ha querido asociar, a través de diversas cábalas, a personajes como Hitler, George Bush o Bill Gates, sólo por poner algunos ejemplos, parece evidente más bien que se refiere a números que definen todo el mercado o el comercio, y no creemos ser los primeros que lo asocian a la numeración de los códigos de barra (en su frente) o de las tarjetas de crédito (en su mano) y de hecho, en los códigos de barra de cualquier producto de compraventa parece haber tres barras idénticas al inicio, centro y final sin numeración visible debajo de los mismos y que coinciden en grosor y separación a las barras que corresponden al 6. Así pues buscamos una Organización de siete “reyes” que controlan todo el comercio mundial, y una vez más existe: el grupo G7, formado por cinco potencias que han imperado en el pasado (cinco han caído): Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Japón, más otra que impera (uno es): Estados Unidos, además de Canadá (otro que no ha sido aún). Si esto es así La Bestia que está por llegar no puede ser otra que Rusia, quién no hace mucho tiempo que es el octavo país del actual G8. Una vez más la coincidencia resulta sorprendente. También se nos dice en el capítulo 17 del libro de la Revelación que su reino “…cuando llegue habrá de durar poco tiempo…


                                                                                                             El  grupo  G8.


Queda claro, pero en nuestra teoría, hasta ahora, sólo hemos buscado paralelismo en las profecías bíblicas; más allá de las mismas, entre los profetas modernos que más se han asomado a nuestra época, para todos constituye una referencia Michel de Nòtre-Dame, más conocido como Nostradamus. Muchos han querido interpretar sus profecías, las cuales estaban formadas por diez centurias de pequeñas cuartetas donde el propósito de su predicción se esconde tras apócopes, metáforas, términos griegos y latinos así como pequeños anagramas. Según uno de sus mayores exegetas: Jean Charles de Fontbrune en la contienda próxima que el vidente de Salon de Provence vaticina, Rusia tendría gran protagonismo, y en la época en que se interpretó, anterior a la Perestroika, hasta se llegó a pensar en “invasiones comunistas”; pero la clave que buscamos está en sus predicciones sobre el Anticristo. El concepto de Anticristo sólo se conoce en la Biblia en las Epístolas de San Juan, no aparece en ningún otro lugar del sagrado libro; Nostradamus lo usa en su Carta a César, que escribe para su hijo, teóricamente, como prefacio a las Centurias y donde nos da pistas para la interpretación de su obra. Nos dice que varios han venido antes que él y tres serán los que vendrán tras su muerte. A posteriori, como siempre, se ha querido ver, sin muchas dudas, que los dos primeros han sido Napoleón y Hitler, pero para Nòtre-Dame el más peligroso es el tercero, tanto que la cuarteta que recoge su llegada, la 72 de la décima centuria, es la única de casi mil a la que pone fecha:

En el año mil novecientos noventa y nueve, séptimo mes,
 Desde el cielo vendrá un gran Rey del terror,
 Resucitará a un gran Rey de Angoulmois,
 Antes y después Marte reinará en buenahora.”

            Se refiere, naturalmente, al eclipse de sol del 11 de agosto de 1999 (el Rey del terror), el hecho de que diga séptimo mes se basa en el desfase de 16 días del calendario Gregoriano, que tenemos actualmente, al Juliano que regía en su época; sobre el Rey de Angoulmois hay que decir que más que probablemente no se refiere a Angouleme, que es un condado y no un reino, sino que en realidad no es sino un anagrama de “Mongoulais” que significa “de los Mongoles”. Marte no es sino una referencia al dios de la guerra.


                                                           Vladimir  Putin.


            Todo esto no dejaría de ser más que una coincidencia si no fuera porque, además, el día 11 de agosto del 99 hubo en Rusia un mandatario que fue nombrado Primer Ministro (en funciones hasta las elecciones “democráticas” en que fue ratificado más tarde) de manos del anterior, Boris Yeltsin, que se retiraba por razones de salud: Vladimir Vladimirovich Putin. Si este político es en realidad Al Dajjal o no el tiempo lo dirá, pero no debería de extrañarnos que lo fuere con su discurso expansionista, sus maneras políticas con sus adversarios y detractores (recuérdese los asesinatos de Anna Politkotskáya y Alexander Litvinenko y el intento de envenenamiento de Víktor Yuschenko, presidente de Ucrania) y, sobre todo, su represión a los musulmanes, sin tener para nada respeto por los derechos humanos, en Chechenia, por no hablar del episodio del Teatro Dubrovka. Su apellido, es curioso, nos recuerda al siniestro monje que contribuyó a la caída de los Romanov, los últimos zares, Grigori Yefimovich Rasputín (que por cierto, en ruso se pronuncia “Raspútin”, permítanme la licencia ortográfica de la tilde) y nos sitúa, caramba qué coincidencia, en la cuarteta 95 de la primera centuria de Nòtre-Dame, también atribuida al Anticristo:


Grigori  Rasputin.


            “Un gemelo será encontrado en un monasterio,
             Originario de sangre noble de un monje muy viejo,
             Su ruido será grande, su lengua y el poder de su voz;
             Por eso pedirán que sea llevado al poder del gemelo sobreviviente.”

ISA HIJO DE MARIAM Y UN FUTURO PROMETEDOR

            Resulta curioso pensar que sea Jesucristo, como anteriormente se ha explicado a lo largo del artículo, el que traiga la Paz para musulmanes igual que para cristianos, y no menos curioso que ambos coincidan en el periodo: mil años. La Parusía, o segunda venida de Cristo es, también, una referencia constante de los evangelistas; tal vez Jesucristo descienda pronto a nosotros de lo alto, o tal vez, visto que en nuestros días el tema de la supuesta descendencia de Jesús está de moda, no se haya ido nunca y sólo es una cuestión de tiempo que recupere el trono que le correspondía, en la Tierra y no en los cielos. Una vez más Dios, o Alá por qué no, dispondrá.

CONCLUSIONES

            Hay que reconocer que cuando hablamos de profecías no lo hacemos objetivamente, suelen ser visiones inspiradas por algún tipo de “iluminación” del sujeto, a menudo de bastante, si no de gran antigüedad y sujetas a la propia visión subjetiva del intérprete. Además, si como digo, se interpretan una vez han ocurrido, podemos entrar en un caso de precognición retrospectiva, como dicen los psicólogos, que consiste en intentar atribuir a un texto ambiguo detalles o acontecimientos que conocemos.

            Por otro lado, no es mi intención, viendo que se pronuncian aquí algunos nombres de personas públicas de la actualidad, ni demonizar santos ni canonizar demonios.

            Pero, hechas estas salvedades, me parece lógico que alguien que ha sido capaz de vislumbrar algo terrible, que cree que va a ocurrir, se vea en la obligación moral de contarlo lo más objetivamente posible; esto justifica tanto las profecías en sí, como la realización de trabajos como éste, y perdonen que me compare, eso sí, al fin y al cabo sólo son hipótesis.

De todas formas, siempre hay una razón para las cosas y, políticamente hablando, ahora posiblemente estemos asistiendo a un profundo cambio social que todos somos capaces de ver; tampoco hay que ser muy avispado para comprender que éste nos pueda llevar, de nuevo, a un feudalismo medieval o hacernos víctimas del expansionismo, y ojalá tanto las profecías como la exégesis de las mismas nos ayuden a evitar posibles catástrofes humanas si no naturales.

            Sin embargo, volviendo a la realidad, mientras se confeccionaba el presente artículo ha habido revoluciones y cambios de gobierno por todo el Magreb y parte de Oriente Medio; y lo último, aún por resolver, es la guerra contra Libia, mandatada por una resolución de la ONU, llevada a cabo con bastante desconcierto por una coalición occidental y con la oposición, entre otros,…de Rusia. Por favor, saquen sus propias conclusiones.

BIBLIOGRAFÍA

Libros:
            - “El Corán”, traducción de Julio Cortés, Editorial Herder S.A., 1986.
            - “Biblia de Jerusalén”, traducción del Dr. Lorenzo Torrado, Ediciones Nauta S.A., 1969.
            - “La Biblia Multimedia”, Alfabetum Multimedia S.L., 2001, por cortesía de Más Allá de la Ciencia
            - “Las Sociedades Secretas en la Cita del Apocalipsis”, Jean Robin, Editorial Heptada, 1990.

Artículos:
            - “El Juicio Final en el Islam”, Soha Abboud-Haggar, La Aventura de la HISTORIA, Arlanza Ediciones S.A., diciembre 1999.
            - “El Día de la Desgracia”, Luis G. La Cruz y Enrique de Vicente, AÑO CERO, Editorial América Ibérica, octubre 2001.
            - “Símbolos Ocultos de la Tragedia”, Enrique de Vicente, AÑO CERO, Editorial América Ibérica, noviembre 2001.
            - ¿Ha Llegado LA HORA?, Luis G. La Cruz, AÑO CERO, Editorial América Ibérica, noviembre 2001.

Una vez más la ayuda de Internet ha sido inestimable para la realización de este artículo.






APÉNDICE, 2 DE MAYO DE 2011

 Hoy, dos de mayo de 2011, curiosamente fecha nefasta para los españoles, pues se conmemoran los fusilamientos llevados a cabo por los franceses durante la Guerra de la Independencia, y apenas quince días después de concluída la redacción del presente artículo, el mundo se ha despertado con la noticia de la muerte de Osama Bin Laden.

La noticia la ha hecho oficial el propio presidente norteamericano Barack H. Obama; según fuentes de la agencia EFE, Obama ha declarado que en el día de ayer, en una operación secreta en la ciudad de Abbotabad, a escasos 60 km. De la capital de Pakistán, Islamabad, y a espaldas del propio gobierno pakistaní, Osama Bin Laden habría sido abatido de un disparo en la cabeza, tras un tiroteo de cuarenta minutos que también habría costado la vida a un hijo de éste mayor de edad. En la residencia, discreta y reforzada, sin comunicación telefónica con el exterior ni servicio de Internet, convivía al parecer con su esposa más joven, y comunicado con su organización, Al Qaeda, a través de un correo de su confianza; habría sido el seguimiento de éste último el que habría originado la operación. Tras haber tomado fotografías y muestras de ADN, de las que se dice ya han sido comparadas con éxito con las de una hermana suya, los efectivos habrían arrojado su cuerpo al mar para evitar que su tumba se convierta en lugar de peregrinación.

Al parecer las fotos difundidas por la televisión pakistaní, con las que ilustramos éste apéndice, son falsas, manipuladas por ordenador a partir de una conocida foto suya.



Dichas quedan las declaraciones de B. Butto recogidas en éste artículo. Consideramos que una ex-primer ministra pakistaní es una fuente lo bastante fidedigna, y sin querer ser “conspiranóicos”, nos preguntamos si no se está ahora justificando así una acción pasada, cuya ocultación no se sostiene más en el tiempo.

Sea como fuere, ya se han recogido declaraciones en el núcleo talibán de Kandahar que indican que el antiguo líder de Al-Qaeda se ha convertido en un mártir, lo cual ha supuesto una reacción de máxima alerta para EEUU, y para sus instalaciones e intereses en Oriente. Una vez más nos referimos a nuestras propias palabras en éste trabajo: El Mahdi ha muerto: Cordero de Dios.